El volcán situado bajo el glaciar Eyjafjalla, en Islandia, comenzó el martes día 13 a emitir una nube de cenizas que ha inundado toda Europa y ha obligado a cancelar más de 100.000 vuelos, convirtiendose en la mayor crisis aérea de la historia de Europa.
Parece una paradoja, pero el martes 13 de Abril comenzó la mala suerte para mucha gente, la cual se ha prolongado hasta hace relativamente pocos días. Con la emisión de la nube de cenizas provocada por el volcán islandés, se ha llenado todo el espacio aereo europeo de una nube que no deja visibilidad para poder volar con aviones.
La verdad es que en un principio me costó pensar que un volcán pudiera emitir tanta ceniza con tan poca capacidad de dispersión o depósito, y que fuera capaz de cubrir toda Europa y en general gran parte del hemisferio norte del planeta. Pero al final, la naturaleza siempre acaba sorprendiéndonos.
Hace un par de días recibí de parte de mi fuente principal, un correo con el link de una web que recreaba la evolución de la nube, y me hizo comprender porque ha ocurrido todo. Os invito a que entreis y lo veais:
¿Qué os ha parecido? Interesante, ¿verdad?.
También os quiero contar algo. No es la primera vez (como todos podeis suponer) que un volcán cambia el curso habitual del planeta. Ya en el año 1783, por el mes de Junio y también en Islandia, un volcán llamado Laki comenzó su erupción, la cual duró hasta Febrero del año siguiente. Esto provocó más de 10.000 muertes en Islandia, un incremento de la mortalidad en Inglaterra y muertes en Egipto. Y todo por el cambio climático provocado por la nube.
La explicación al cambio climático es la siguiente: se emiten grandes cantidades de dióxido de azufre, lo cual impide que los rayos de sol lleguen a la tierra y provoca un descenso de las temperaturas.
Según el modelo aplicado en la investigación, en el verano de 1783 la temperatura media en el Hemisferio Norte fue 3ºC inferior a la normal. Este descenso redujo la diferencia de temperatura entre las masas continentales de Eurasia y Africa y los océanos Indico y Atlántico, disminuyendo la capacidad de los monzones para aportar nubes y agua de lluvia a las cuencas de los ríos.
Por otra parte, la ausencia de nubes, causada por la debilidad del monzón, permite que sea mayor la radiación solar que llega a la tierra, aumentando la evaporación.
Por todo ello, y en contraste con la bajada de temperaturas en el norte, la debilidad de los monzones produjo durante el verano de 1783 en el Sahel, Arabia y la India, un aumento de la temperatura media entre 1 y 2ºC.
En definitiva, la crecida anual del Nilo, imprescindible para producir la cosecha, fue muy baja en 1783.
Como podeis comprobar, la interrupción del tráfico aéreo es lo mejor que nos puede pasar.
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