El tratado de Kioto está obligando a los países industrializados a reducir sus emisiones de CO2 para evitar que la tierra se siga calentando. Ahora mismo nos encontramos a unos altos niveles de este gas lo cual está produciendo cambios globales como es el calentamiento, subida del nivel del mar, inviernos y veranos cortos, épocas de sequias y lluvias torrenciales... Como ya os comente en un artículo anterior, el fenómeno del ascenso de niveles de CO2 no es algo que sólo esté pasando en la actualidad.
El registro geológico nos ha dejado una gran información. Desde que se creó la Tierra, los ascensos y descensos del CO2 han sido totalmente cíclicos. De hecho, en los niveles que nos encontramos no son ni la mitad del pico máximo que se ha llegado a alcanzar. Y en épocas antiguas no existía la industria, de manera que solo existe una explicación: es la propia dinámica de la Tierra la que se encarga de que existan picos en los niveles de CO2.
> Paleoceno - Eoceno: 4000 ppm
> Eoceno: 3500 ppm
> Eoceno : 1000 - 1500 ppm
> Oligoceno - Mioceno: 300 - 600 ppm
> Hoy: 330 ppm y subiendo
*ppm = partes por millón.
Aunque estos datos no nos deben servir para decir que como no pasa nada, vamos a seguir contaminando. No señores, este no es el objetivo.
Os voy a hablar ahora de las centrales térmicas. Existen dos tipos de centrales térmicas: las de carbón y las de ciclo combinado. Ambas tienen una vida útil (es decir, lo que duran) de 50 años. Las de ciclo combinado expulsan a la atmósfera 1 millón de toneladas de CO2 al año. Las de carbón, el triple. Estamos hablando que una central de ciclo combinado, expulsa un total de 50 millones de toneladas durante su vida útil, y las de carbón unos 150 millones. Si todo esto se pudiera recoger y guardar, el problema de la contaminación estaría solucionado. ¿Se puede? Pues parece que sí.
El fenómeno se conoce como almacenamiento de CO2. Todo consiste en trabajar en las centrales térmicas de forma que todo lo que expulsan de CO2 es recogido y licuefactado (el vapor pasa a líquido). Después se transporta a la zona donde tenemos realizado un sondeo de inyección, se vuelve a licuefactar y posteriormente se inyecta en la Tierra. Aunque así de sencillo parece el proceso, en realidad tiene más complicación.
Son las grandes empresas petrolíferas las que están estudiando este tema. ¿Por qué? Por que la idea es utilizar las antiguas trampas petrolíferas para almacenar este gas. Aunque también se van a utilizar cualquier trampa, aunque no haya albergado hidrocarburos. El proceso es muy costoso, pero está generando un volumen de mercado muy grande.
Ahora pensemos en el protocolo de Kioto: una empresa tiene que reducir producción para contaminar menos. Si esto del almacenamiento de CO2 prospera, ya no será necesario que reduzca su producción, ya que lo que emita de más lo podrá almacenar bajo la Tierra. ¿Interesante para las empresas, no? Por eso deja de ser una solución a la contaminación: hasta que no seamos capaces de funcionar sin contaminar nada, no habremos dado el paso definitivo hacia el futuro.
El estado Español, gracias al geólogo Wenceslao Martínez del Olmo ha creado las Reserva del Estado, es decir, posibles puntos en España en los cuales se podría albergar CO2. En total son 10 puntos (aunque si las restricciones bajan, serán muchos más). Aunque parece ser que, por mucho que creamos tener, no es muy alentador el futuro por este camino para España, ya que dispone de unas reservas que, os son pequeñas y deficientes, o no son buenas. En cualquier caso, todas ellas están en fase de estudio, y en un futuro de 2 años (eso aseguran) se conocerá más en este tema, incluso dicen que podrían estar inyectando. Yo personalmente no me lo creo.
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