Hoy he visitado una exposición de arte, y no sé si ha sido porque ha surgido todo inexperadamente, pero no ha sido una exposición cualquiera. Gracias a mi amiga lluvia85 que me ha llamado para ir a buscar una exposición de cualquier tipo, y de probar suerte en la casa de porras, hemos acabado en la Casa de los Tiros. Alli se celebra una exposición hasta el 25 de Abril de un autor llamado Zitman. Adelantaros que es impresionante.
Por primera vez en mi vida he sabido apreciar el arte como yo creo que el autor ha querido expresarlo. He sentido que la obra me ha transmitido todo lo que me queria transmitir.
Había muchas figuras de mujeres, pero no eran ni perfectas, ni totalmente semejantes a las reales ni nada parecido. No. Pero eran mujeres, cada una diferente, exclusiva; y cada una transmitia algo: o bien tenia los pies torcidos, o la cara aplastada o demacrada, o algún desperfecto en otro lado. Y lo más impresionante es que todo me lo ha transmitido en un material tan frio como es el metal (creo que era bronce, según los expertos en bellas artes que me acompañaban).
Pero sobre todo ha habido dos figuras en concreto que me han llegado al corazón. En la primera aparecia una pareja con sus dos hijos. Pues bien, la pareja de adultos iba a pie, y los hijos de edad infantil los llevaban subidos en la bicicleta de los padres sujetada por los propios padres para que no se cayesen los niños. ¿No es perfectamente una imagen real y cotidiana de cualquier domingo en cualquier parque?. La figura no media más de 40 centímetros de alto, pero el realismo que transmitia lo superaba todo.
En esta otra figura, la que se muestra en la imagen, ha sido la que más me ha llegado al corazón. Se titula la familia viajera, y muestra una familia compuesta por 5 miembros durmiendo (o, al menos, intentándolo) en una misma cama porque no tienen dinero para más. Los tres hijos están tumbados al fondo a la izquierda, la madre es la que aparece tumbada en el costado derecho, y el padre, el pilar de la familia, el sustentador, el fuerte, duerme sentado, con la sobre la maleta, protegiendola, con una sábana echada encima de la cabeza. Realismo crudo, puro y duro.
Pues ahí no ha acabado mi incursión en el arte. Después de esta exposición maravillosa y que recomiendo, y después de terminar de ver el museo permanente de la Casa de los Tiros, que trata sobre grabados y figuras de la Granada del siglo XVIII y XIX, hemos pasado a otro tipo de arte: el arte culinario.
También por primera vez he estado en un bar de tapas de diseño en el centro de Granada. Y es ahí donde he descubierto que el arte no solo se transmite por la vista, también es posible y necesario captar y absover arte a traves del sentido del olfato y el gusto. No solo el sitio en el que nos encontrábamos era especial (recogido y bien decorado), sino tambien el ambiente que se respiraba.
En este contexto, nos han puesto la tapa de diseño (mi primera tapa de diseño). Eso es increible, desde que te la trae el camarero en el plato, hasta que se rebaña la ultima gota de salsa que escurre de la tapa. El primer bocado se ha producido una explosión de sabores en mi boca, que he tardado un rato en reaccionar ante tanta novedad. Dulce, salado, crujiente, duro, blando... no se, indescriptible. Ahí he descubierto que el arte, no es solo un cuadro o una figura, arte... arte es todo lo que se hace con esmero y corazón.
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