5 abr 2012

Spanish revolution forever

Hace ahora casi un año que España dijo basta. Y lo dijo con mayúsculas y a lo grande. Jóvenes, mayores, niños, estudiantes, trabajadores, parados, madres, padres y abuelos salieron a la calle en protesta popular para hacerse oír. Hacerse oír por unos políticos que hace años que no nos escuchan.

Ya estábamos hartos. Aún lo seguimos, y es por eso por lo que debemos echar la vista atrás, recordar lo que fuimos hace casi un año y no perder la fuerza que tuvimos durante unos meses. Yo, como la mayoría de españoles, salí a la calle para reunirme con otros indignados como yo y poner en común nuestras ideas. Se me ponía el pelo de punta de pensar que en las plazas de toda España se estaban dando lugar una serie de debates más inteligentes y reales que los que se daban en el ámbito de esos que llamamos políticos y se suponen que nos gobiernan.

Recuerdo estremecido la historia que contó un hombre de más de 80 años en la plaza del Carmen, frente al ayuntamiento de Granada. La plaza, como todas, abarrotada de gente. No cabía ni un alma en la asamblea que se realizó la tarde del día de reflexión de las elecciones municipales. Este hombre, como si de un narrador profesional de historias se tratara, contó como el pueblo durante la guerra también se levantó. Y lo hizo en esa misma plaza, con la misma fuerza que se estaba haciendo en esos días. Gracias a esas reuniones consiguieron ser fuertes y mantener la resistencia. Hasta que los engañaron, los sacaron de allí y no volvieron a tener poder ni ocuparla nunca más.

Nos hizo partícipes a las miles de personas que allí nos encontrábamos, del poder de la concentración ciudadana. Las plazas en los pueblos y ciudades son las plazas de las personas, y no la de los políticos. Cuando este hombre mayor acabó su historia, toda la gente que se encontraba sentada en la plaza, se levantó con el máximo respeto, y empezó a aplaudir y vitorear a este hombre. Emocionado y con lágrimas en los ojos, agradeció nuestra atención y nos animó a que siguiéramos con nuestra lucha. Él nos apoyaría hasta el final.

Son este tipo de cosas las que no debemos de olvidar y seguir protestando. Protestando porque vivimos en un mundo donde todo se ha politizado. Donde los políticos viven en su mundo y no cuentan con la opinión del ciudadano. Porque estos siempre hacen lo que "más nos conviene", cuando en realidad hacen lo que más les conviene a cuatro. Porque siguen pensando que para que haya ricos, debe de haber pobres. Y en nuestro propio estado "del bienestar".

No señores. Así no. El pueblo debe de tomar la voz cantante y debe ser partícipe de todo lo que ocurra en la política de nuestro país. Somos un país desarrollado (se supone) y por ello, tenemos la capacidad de decidir qué rumbo tomar y qué decisiones adoptar para que todo funcione. Somos un país donde la tasa de joven preparado con formación universitaria y la mayor de toda Europa. Pues que se note y nos dejen hacernos notar. Que nos den voz, y no solo voto. Voto que por cierto, sigue favoreciendo a los partidos mayoritarios, esos que se sustentan con el voto de lo afiliados, y no del resto de la población.

En los siguientes vídeos se hace un resumen de lo que fue esa época. Y de la que espero, vuelva pronto.




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