En un reciente artículo publicado por la revista Tendencias 21 pone de manifiesto la investigación realizada por científicos de la Universidad de Oxford en la cual demostraron que pequeñas descargas eléctricas en el cerebro mejora la capacidad matemática de las personas.
El ensayo fue el siguiente: cogieron a un grupo de jóvenes de entre 20 y 21 años y se les propuso que se estudiaran unos símbolos que representaban valores numéricos durante seis días. Al cabo de seis días se le aplicó la descarga de corriente eléctica cerebral, pero no a todos por igual.
Se subdividió a los jóvenes en tres grupos diferentes, pero cada uno de ellos no sabía nada de las diferencias:
- Al primer grupo se les aplicó la corriente de derecha a izquierda en los lóbulos parietales
- Al segundo, se les aplicó la misma corriente, pero en sentido contrario.
- Al tercero, se les aplicó un placebo (algo que simula la corriente pero que no se aplica en realidad).
Con esto se llegó a la conclusión de que debían de ser muy cuidadosos con la forma de realizar el experimento, ya que, en el primer grupo sí que se comprobó que la capacidad matemática adquirida era mucho superior al de los demás grupos. El segundo grupo obtuvo un resultado matemático por debajo de la media esperada, y al que se le aplicó el pacebo, se quedó entre ambos grupos.
Demostrado queda que, si se aplica una corriente en un mal sentido, no sólo no mejora la capacidad matemática, sino que la empeora. Además, meses despues del experimento, se corroboró que aquellos alumnos que habían mejorado las matemáticas con la corriente eléctrica, seguían manteniendo dicha capacidad. Aunque tal efecto solo dura unos 6 meses, no más.
Esto puede alcanzar una gran utilidad para aquellas personas que han sufrido un infarto cerebral y encuentran la barrera de la discalculia. Esto es, que cuando un enfermo que ha sufrido un infarto cerebral, no puede realizar cálculos matemáticos porque esa franja de su cerebro se ha muerto o se encuentra en pausa. Con este tipo de método se podría recuperar esta parte y hacerles una vida mejor.
Y después de todo esto yo me pregunto: ¿hasta dónde puede llegar nuestro cerebro? Yo considero este experimento como uno de los primeros de los tantos pueden llegar después. ¿Realmente seremos capaces algún día de sacar el máximo partido de nuestro cerebro? ¿Conoceremos todas las funciones y mejorias que podemos alcanzar? Está claro que somos un ordenador, y que aunque nos vayamos actualizando mediante actualizaciones automáticas diariamente, para alcanzar el nivel de superhombre debemos de mejorar nuestras 'piezas'. ¿Y que mejor forma que mediante cargas eléctricas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario