Por herencia de prejuicios, desde tiempo inmemoriables se ha dicho que el andaluz es el gracioso, el que no trabaja, el inculto, el mentiroso, el exagerado, el que no hace las cosas bien, el que sabe vivir, trabajador del campo... El problema es, que aún hoy en día cuando existen los medios de comunicación que reflejan más fielmente la realidad (obvio cierta parte de la televisión y periódicos nacionalistas) aún siga habiendo gente que no sabe cómo somos ni vivimos realmente los andaluces.
En los últimos años, varios han sido los ataques que se han realizado sobre el pueblo andaluz. Hace poco, en Intereconomía se hacía un ataque gratuito sobre la sanidad y Universidad andaluza para decir que en Madrid existía de todo lo mejor.
Otro de los últimos casos ha venido por parte del político catalán Artur Mas en el que, en mitad de un pleno parlamentario, se refería a los andaluces y gallegos como personas que nos se les entiende al hablar, especialmente a los niños.
¿Cómo es posible que en la actualidad siga habiendo este tipo de pensamientos? No entiendo la incultura y el poco conocimiento que, desde fuera de andalucía, se tiene de los propios andaluces. Y como yo, también el alcalde de Jun.
Este innovador alcalde, en una respuesta muy original hacia este tipo de políticos, ha enviado una carta hacia un par de ellos en los que se les invita a que trabajen, durante un par de horas como albañiles en la construcción de un camino hacia el cementerio del pueblo. De esta forma, conocerán la forma de ser y trabajar que tenemos. La respuesta ya la conocemos todos, pero esta original idea no debería pasar desapercibida.
Igual deberían pensar sus palabras antes de pronunciarlas, que para eso les pagamos... y para eso nos roban.
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