5 may 2012

El derroche descontrolado, se paga

Son tiempos de bonanza económica. Hay dinero, y lo hay por todos los sitios. La construcción está dando resultados, la gente compra y el precio de la vivienda no deja de subir. La especulación ofrece unos beneficios económicos a ayuntamientos, gobierno y políticos del que todos "salimos beneficiados". Hasta que llega el batacazo.

Mientras tanto, hay dinero para gastar en lo que queramos. Deseamos ser los primeros de Europa en autovías, autopistas, red de alta velocidad, aeropuertos... todo lo posible por estar conectados, aunque sea en exceso. Y claro, todo sale del dinero público. Ese dinero público del que los españoles no nos preocupamos. ¿Por qué hacerlo? Sobra y creemos que están bien invertidos. El gobierno invierte un dinero en una construcción y crea empleo. No podemos quejarnos. Claro, que lo que no se dice es que el precio de la obra de turno está sobrevalorado, que de ahí van a sacar tajada todos y que la obra, en definitiva, no vale para nada.

Caso concreto: autopista de Toledo a Madrid. Es una carretera que discurre paralela a otra autovía ya existente. Pero con la diferencia que el trayecto te cuesta 20€. Pero ¿qué más da? Esperamos que millones de personas discurran por esas carreteras anualmente, y por tanto, grandes beneficios. ¿Beneficios para quién? Pues para el empresario que se ha quedado con la obra. Obra que por supuesto está financiada con dinero público, dinero de nuestros impuestos.

Caso concreto: aeropuerto de Ciudad Real. Millones y millones de euros gastados en un aeropuerto que, por su conexión con el Ave, iba a convertirse en un aeropuerto del "área metropolitana" de Madrid. Realidad: el aeropuerto está en desuso porque nadie viaja a cientos de kilometros de su destino para llegar a él. ¿Nos creen estúpidos? Al final se ha quedado en un aeropuerto desierto sin conexión con Ave ni nada.

Caso concreto: Nuevo estadio de Mestalla. Una obra faraónica en la que el Valencia iba a contar con un estadio de 70000 espectadores. Realidad: se acaba el dinero, y con el estadio viejo vendido, no hay más que para pagar su alquiler. La obra está parada a mitad, y se pide dinero público para su finalización.

La suma de los numerosos casos que podéis encontrar en el documental del final de la entrada, es de más de 7000 millones de euros. La misma cantidad que el recorte que se le va a dar a la sanidad. Y es un dinero que ha servido para subvencionar obras privadas con dinero público. ¿Y qué culpa tenemos los ciudadanos de lo ineptos que son los políticos? Sin contar, claro está, con la alcaldesa que paga viajes al Caribe a los ciudadanos de su pueblo.

Por eso digo como en la manifestaciones del 15M: "Esta crisis no la pagamos". Aunque eso es solo un deseo.

Nota: el sonido empieza en el minuto 2:36

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